¿A que tenéis ganas de saber cómo nos fue en la salida al Museo Maritimo del Cantábrico? Seguro que vuestros hijos os contaron muchas cosas pero "para muestra un botón".
Salimos después de almorzar rumbo al museo, menos mal que el tiempo nos respetó. El día era estupendo para ir dando un paseo mientras compartiamos anécdotas, nos contábamos nuestras cosas y hablabamos de cualquier cosa que veíamos.
Llegamos puntuales a la cita (11.30h). Después de recibirnos, los tres grupos nos separamos y unos guias nos fueron enseñando el museo mientras nos explicaban cosas muy interesantes de todo lo que encontrábamos al paso.
Los acuarios representan distintos entornos naturales submarinos, desde
la orilla, con el movimiento de las mareas, hasta los fondos de la
plataforma a 100 metros de profundidad. Consta de una serie de vitrinas en las que se muestran diversas especies
marítimas, como son estrellas de mar, y diversas especies pequeñas que
viven en el mar del cantábrico: cazones,
rayas, meros, peces luna, lubinas, atunes, pulpos, doradas, etc.
Dentro del museo destacamos el acuario enorme con toda clase de peces, crustáceos y demás animales que se pueden encontrar
bajo y sobre nuestras aguas. Esta zona fue la más atractiva para todos, nos sentíamos parte de ese acuario, tan cerca de aquellas especies que se acercaban, nos miraban, moviéndose lentamente y de forma elegante. "¡Woooowwww... mira aquel tiburón! ¡Y la manta raya! y ese... qué grande..."
Los tres grupos coincidimos como espectadores en las gradas, esperando a que un buceador se sumergiera en el acuario para dar de comer a todos los peces, tiburones y demás especies. Cómo disfrutamos. Todo un espectáculo. Qué valiente el buceador, no tenía nada de miedo cuando se le acercaban los tiburones y le tocaban con el morro para que les diera de comer.
Después seguimos recorriendo el museo y esta vez llegamos a un espacio donde nos topamos con los esqueletos de diversos mamiferos, ¡qué tamaño!. Uno de ellos era un cachalote joven de 9 metros y el otro el de una ballena de 24m (hasta ahora el segundo más grande visto en todo el mundo). Uno de los grupos hicimos una cadena y todos juntos mediamos lo mismo que la ballena.
Nos nombraron a un señor: Augusto Gonzalez de Linares. Fue quien investigó muchas de las especies de nuestro litoral y que hoy en día conocemos. Las metió en frascos para que se conservaran y así poderlas dar a conocer.
Increible una sardina que vimos con dos cabezas.
Finalmente nos despedimos del museo llevando un timón a babor (izquierda) y a estribor (derecha). Qué bien lo pasamos.
Fijaros si disfrutamos esta salida que no hay más que ver los dibujos que realizaron al día siguiente, tan bonitos, expresivos y llenos de detalles.
Esperamos haberos contagiado el interés y entusiasmo que vuestros hijos e hijas demostraron en la visita, y que por unos minutos os hayáis podido trasladar al Museo Maritimo del Cantábrico.
