Todas las emociones nos ayudan a adaptarnos al medio. Si expresamos una emoción, facilitamos a los otros la información adecuada para que puedan interactuar de la mejor manera con nosotros. Así actúa la emoción de la VERGÜENZA: facilita que el resto de personas que están con el niño le ayuden a afrontar la situación que le causa esta emoción. La emoción de la vergüenza se podría considerar como aquel miedo que no nos deja avanzar. Se manifiesta con comportamientos generales de todo el cuerpo que indican bloqueo ante aquella situación o estímulo que nos la provoca.
Partiendo de la lectura del cuento "El color de las cerezas", hemos buscado trabajar la vergüenza desde la aceptación, es decir, tomando conciencia de esta emoción y dando estrategias a vuestros hijos para poder regularla. Se ha querido incidir también en la autoestima y la competencia social, en el sentido de ser empáticos.
Mediante este cuento hemos conocido a Carlos, un niño muy vergonzoso. A este niño le encanta el color rojo, el cual le recuerda a muchas cosas que le gustan: los tomates, las fresas, las cerezas, las mariquitas, las manzanas rojas, las amapolas...pero también le recuerda a una cosa que no le gusta en absoluto: a veces las mejillas se le ponen como pimientos. Y cuando el rojo se le sube a la cara, Carlos lo encuentra de lo más molesto.
Un día, en el cole, su maestro les enseñó un baile. No había nada que le diera más vergüenza a Carlos que el hecho de bailar. La situación hizo que sus mejillas se le pusieran cada vez más rojas. No era capaz de mover un solo dedo, la vergüenza le estaba dejando paralizado. Parecía que se le habían pegado los pies al suelo y lo que más deseaba en ese momento era poder desaparecer como por arte de magia...
¿Alguna vez se han sentido así vuestros hijos? Pues todos han sido capaces de reconocer que en determinadas situaciones han vivido este tipo de sensaciones, y es que todo el mundo, sin excepción, siente vergüenza a veces, ¡incluso los mayores!
Hemos compartido aquellas cosas que nos dan vergüenza a cada uno de nosotros y estos son algunos de los motivos que nos hacen sentir así:
- "Cuando fue mi primer día de cole".
- "Cuando fue mi primer día de patinaje"
- "Cuando tengo que cantar delante de mucha gente".
- "Cuando conocí a un amigo de papá".
- "Cuando fue mi primer día de esquí porque me caía todo el rato".
- "Cuando papá o mamá me riñen delante de otras personas".
- "Cuando tengo que hablar a la gente".
¿Y cómo nos sentimos? Pues como Carlos: "sentimos que el corazón nos late mucho, nos ponemos nerviosos, queremos desaparecer, nos ponemos rojos, sentimos calor...".
Para poder afrontar este tipo de situaciones hemos realizado nuestras "caretas de la vergüenza", en las que nos hemos dibujado muy vergonzosos, con unos buenos coloretes rojos en las mejillas.
Esta careta es mágica pues, cuando te la pones, puedes hacer todo aquello que te da vergüenza. Nosotros lo hemos probado en clase y... ¡funciona!
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